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Cuando pensamos en la mudanza, por nuestra cabeza pasa comprar cajas de cartón, guardar la ropa doblada en bolsas para ahorrar espacio, comenzar a guardar nuestras pertenencias con anticipación, arreglar el nuevo hogar para que esté listo para el momento de llegar a él, y un sinfín de cosas más. Pero, ¿cuántas veces nos preparamos por la comida que tenemos en casa? A continuación te compartiremos algunos consejos de Alicia Teja Zuñiga para que nada se te eche a perder.

• Planifica tu menú de la semana. Anticípate al menos una semana para consumir todos los alimentos que almacenas en el refrigerador, especialmente las carnes y congelados, de modo que lo dejes vacío y, de preferencia, lo apagues la tarde anterior al traslado. Recuerda que las repisas interiores y accesorios deben retirarse para que no se muevan ni dañen tu refrigerador.
• Compra alimentos que no tengan que refrigerarse. Los días previos a la mudanza procura no comprar comida que deba guardarse en el refrigerador y que consumas rápidamente: huevo, pan, atún enlatado, frutas como manzana, plátano o mango, café soluble, un par de papas crudas, bolsas con mix de lechugas para ensalada o charolas de tomate cherry. Con estos puedes cocinar una deliciosa y nutritiva fritata de huevo o tortilla de papa, una ensalada y un smoothie.
• Adquiere una hielera de unicel. Si tienes la necesidad de almacenar productos congelados, como medicinas, o no pudiste terminar con toda la comida del refrigerador, una hielera será de gran ayuda. Puedes comprarla en un supermercado o tienda de conveniencia, son económicas y con una capacidad adecuada para que guardes tus alimentos en contenedores de plástico o tuppers, frutas y verduras que no pudiste consumir. Además te servirán para tus próximas vacaciones a la playa, días de campo, parrilladas o campamentos.
• Caja para alimentos a granel y frascos. Alimentos como el azúcar, café, arroz, harina, frijoles, cereales deben guardarse de forma muy cuidadosa para que no se rieguen, por lo que los puedes pasar a bolsas con cierre hermético, lo que te facilitará mucho el traslado y ahorrarás espacio en la caja. No olvides rotular con plumón los productos con apariencia similar, como el azúcar y la sal, o el bicarbonato y el azúcar glass. Ahora bien, si estos productos ya vienen en bolsa, como los cereales de caja de tus hijos, únicamente necesitas una pinza de ropa para cerrarlos y desechar las cajas.
• Tip para guardar frascos de vidrio. Usa los recipientes grandes, como ollas o tuppers de plástico para los frascos de mayonesa o mermelada, que no pueden verterse a bolsas y son frágiles al trasladarse. Además, cuando guardes tus frascos de vidrio, procura rellenar los huecos para que no se rompan con el movimiento: puedes usar bufandas, calcetines doblados o suéteres, y este mismo consejo puedes seguirlo con tus vasos y platos para que lleguen en buenas condiciones a tu nuevo hogar.

Cuando pensamos en la mudanza, lo más común es planear únicamente lo evidente para empacar: muebles grandes y voluminosos, electrodomésticos, lámparas, básicamente lo que se encuentra en nuestro radar; pero, cuántas veces pensamos en las “chácharas” que tenemos guardadas en el clóset, y que probablemente nos causen problemas al momento de empacar, al no saber qué hacer con tantas cosas. Si te vas a mudar pronto, acompáñanos a leer los siguientes tips para que empaques sin perder la cabeza.

Comprar una casa propia es un logro que crea gran satisfacción personal al saberse dueño –por fin— de un espacio propio, en donde podremos comenzar una nueva vida o continuar con nuestros planes. No obstante, como todo cambio, el proceso de adaptación suele costar algún tiempo.