Ventajas de los castillos de varilla

Los castillos de varilla se colocan a partir de los cimientos de concreto del edificio, los cuales se producen vertiendo concreto en los hoyos excavados con este propósito. A estos hoyos se les deja un espacio al centro para insertar los castillos, y el resto del espacio se rellenará una vez que se vacíe la mezcla de concreto.

A continuación se comienza a alzar los castillos. Lo que se hace es formar columnas de varillas, aunque no como bloques sólidos sino como rectángulos vacíos que, también, serán rellenados con cemento. Las varillas se unen por medio de amarres que se pueden realizar con pedazos de las mismas varillas, o bien, con estribos de acero especialmente fabricados para ese fin.

Se deben levantar todas las columnas que sostendrán el peso de un piso, aunque lo más común es que se alcen varios pisos de manera simultánea, por cuestiones de velocidad. El soporte entre los pisos se da con tablones de madera, mismos que se utilizan también para recubrir los castillos y formar un molde en el que vierte el cemento. Una vez que éste ha secado, se retiran las tablas y se continúa con la construccion de los pisos superiores.

Existe un tipo especial de castillos pre construidos que se conoce como armex, el cual ahorra tiempo de armado. Entre sus beneficios está el reforzar de manera principal las columnas, vigas y losas, entre otros elementos estructurales, así como en las esquinas de los muros portantes, que son aquellos que soportan el peso de otros componentes de la estructura.

La ventaja de los castillos de varilla por encima de las vigas de acero es, en primer lugar, que hace que la estructura pese mucho menos, con lo que el impacto sobre el terreno en que se construye es menor, y se corre menor riesgo en caso de sismos. No requiere de grandes grúas para levantar los materiales, así que también se ahorra tiempo y recursos. Las vigas de acero requieren de remaches que son tardados de colocar, mientras que las varillas se sujetan rápidamente unas a otras.